Energía

Energía
by Leyre Ayastuy

Inside Bill’s Brain es una miniserie sobre Bill Gates que he visto recientemente y que me ha servido para confirmar una vez más que el ingrediente base para alcanzar logros es: energía, energía y más energía.

Para cada uno de nosotros, el concepto de logro será distinto. Dependerá de nuestras metas. Para algunos será sinónimo de éxito, para otros de superación, o simplemente, de resistir a las embestidas del camino que nos hemos marcado. Para lo que sea que queramos acometer, necesitamos energía. Sinónimos de energía hay muchos y todos nos llevan a visualizar la constancia, la tenacidad, la resistencia y el dinamismo como ingredientes esenciales.

En la miniserie que menciono, se percibe a un Bill Gates entregado al conocimiento constante, a la búsqueda incesante de provocar ideas, innovar, hallar soluciones, pero sobre todo, la búsqueda incesante de respuestas a un constante cuestionarse. Y eso, sin parar de sonreír. Sonríe mucho. He ahí la energía en modo inquietud constante. He ahí la energía en modo búsqueda constante. He ahí la energía en disfrute constante. Un cerebro que no deja de retarse, de autoalimentarse, de estimularse. Lecturas, conversaciones, ensayos, lluvia de ideas, errores, contratiempos y vuelta a idear nuevos caminos. Qué agotador para algunos, qué de admirar para otros.

A título particular, mantener esa energía en constante resurgir es en lo que más me quiero enfocar. No es fácil ser constante y dotar de gasolina continúa a las ideas, proyectos y motivaciones que surgen como vías, para sentirnos a gusto, vivos, realizados, en el sitio donde queremos estar. ¿De dónde saco tanta gasolina?

En mi caso particular, extraigo la gasolina al hallar el gusto en el camino y no en el objetivo. Tengo que ver la manera de que me resulte atractivo, divertido y enriquecedor el quehacer diario para alcanzar esas metas. Si no consigo visualizar la gracia y la sugestión en las tareas y los desempeños necesarios para acometer el objetivo, se me acaba la gasolina. Ya no soy capaz de seguir empujando el proyecto, la idea, la motivación surgida, por muy sabroso que se presente el objetivo final.

Por eso la energía, sí o sí, también es sinónimo de pasión por el trabajo en sí mismo, con el objetivo puesto en el horizonte, pero con la energía puesta en el día a día. Si sólo nos enfocamos en el objetivo, en el resultado y éste no sucede como habíamos imaginado o ideado… encontraremos frustración. Para qué tanto desgaste si no lo he conseguido. Hay que estar abiertos a los resultados, no apegados a ellos. Si en el camino he disfrutado, aprendido, adquirido nuevos conocimientos… seguro que seré capaz de flexibilizar el resultado y encajarlo en otra nueva perspectiva.